Desde mi ventana
veo el campo estéril del frió invierno,
sediento de rayos de sol,
de la brisa de primavera
y las noches templadas del estío.
Desde mi ventana
siento que el helado viento
se hace dueño de mi cuerpo,
quiere hacer de mí su mansión
de mi alma un refugio,
mas yo afilo mis aristas,
en inexpugnable me convierto.
Julia.
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